Una manera sencilla de darle forma a tus cejas usando pinzas

Darle forma a tus cejas, mantenerlas limpias y sin un pelo de más es un trabajo rápido y sencillo. Existen diversos métodos para llevar a cabo una buena depilación en el rostro, queremos explicarte cómo hacerlo de una manera económica y desde tu propia casa; en el siguiente artículo, te damos las claves sobre cómo depilarte las cejas con pinzas. Con esta técnica, obtendrás la precisión necesaria para que tus cejas se vean perfectas y en su lugar. ¡Toma nota!

1. Voltea las pinzas

Usando el extremo opuesto (cerrado) de las pinzas, colócalas verticalmente a lo largo del borde de tu nariz hasta tu frente. El punto donde la punta se encuentra con tu ceja es el comienzo natural de la frente. ¡Recuerda esto! 

2. Coge un lápiz

Mientras realizas el paso #1, usa un lápiz de cejas para trazar una línea vertical y así marcar el inicio de cada ceja. A continuación, comprueba el espacio arriba de tu nariz para ver si hay vellos dispersos. Quita todos los que encuentres. Decide el mejor arco. Toma nuevamente las pinzas pon el lado abierto en la base de tu fosa nasal  e inclínalo hacia afuera, un poco más allá de la parte de color de tu iris. Marca el punto y repite en el otro ojo. 

3. Marca tu punto final

Coge las pinzas y vuelve a girarlas. Ahora, pon el lado abierto en la base de tu fosa nasal. Desliza las pinzas, procurando que descansen planas sobre tu cara, pasando la parte externa de tu ojo (ayúdate con la foto). La parte superior de las pinzas ahora marcará el punto final natural de tu frente. Marca este lugar.

4. Traza el grosor que deseas

Empieza en la base de la parte más gruesa de tu ceja. Usa un lápiz de cejas para marcar el punto. Desde el punto, dibuja una línea a lo largo de la base de la ceja. La línea debe seguir la curva natural de tu ceja.

5. Limpia la curva

Elimina cualquier cosa que haya debajo de esta línea natural. 

6. Jala adecuadamente

Cuando uses las pinzas, ¡debes tener cuidado! Asegúrate de agarrar los filamentos desde la raíz (al ras de la piel) y halarlos lentamente. ¡No los rompas!